Una de tantas noches en la cama dando vueltas pensando, me vino a la cabeza la palabra “dadivoso”, y pese a no saber con exactitud su significado… ésta palabra me sugirió algo que solo se nos ocurre a la gente extraña… Me incitó a investigar que sería mejor, si conocer al detalle el significado de esa palabra o, sin embargo, quedarme con la esencia y la musicalidad de la palabra, es decir, conocer su interior o quedarme con su estética…
Es justo esto, sobre lo que quiero hacer reflexionar, ¿Qué es más importante? ¿Lo puramente estético o lo íntimo, lo personal, lo desconocido?…
En mi caso, siempre he tenido clara, mi respuesta hacia la ya mencionada pregunta… Quizá por curioso, por “metomentodo” o por imprudente… Pero siempre he querido conocer algo más allá siempre de la estética, ya que lo estético, aparte de perecedero, es demasiado particular y personal.
Como no podía ser de otra forma, a la mañana siguiente lo primero que hice fue investigar el significado de la palabra, encontré que es sinónimo de generoso, liberal, desprendido… ¡Desprendido!, justo lo contrario a mi manera de actuar en este caso, muy distante al reflejo de mi complicado yo… Por tanto no es una palabra con la que pudiese describirme, ni tan siquiera identificarme, lo que sí es cierto es que a partir de aquella noche siempre recordaré la palabra dadivoso por hacerme reflexionar.
Puedo relacionar, en cierto modo, la búsqueda de su significado, con mis ganas de conocer más de la gente, pensamientos, gestos, actos, actitudes, aptitudes… Analizándolo más allá de un primer impulso, su estética. Siempre trato de buscar lo profundo, lo especial, la individualidad, la diferencia… Siempre habrá quien me tache de irrealista, falso, habrá quien me hable de quimeras o utopías… Nunca me harán bajarme del carro de mis intenciones. A mí, del mismo modo que al agua, podrán cambiarme en formas pero no en contenido.
Por último, como consejo, si se me permite la licencia, no tengáis recelo a conocer siempre algo más, el miedo, la desconfianza, no debería ser más afanoso que el misterio, las ganas de saber, las preguntas…
Jorge González Jiménez – 16 Agosto 2009